Con motivo de la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, y más aún teniendo en cuenta que, al menos en Córdoba, los locales bailables no abrirán sus puertas hasta dentro de varios meses, Carlos la Mona Jiménez se desvinculará de sus empleados.
Se trata de 45 personas (entre músicos, técnicos, plomos y fotógrafos, entre otros) que aún trabajan en blanco para el cuartetero, y habían cobrado completo sus respectivos sueldos de los meses de marzo y abril. Sin embargo, ante la incertidumbre o más bien la certeza de que la Mona no cantará arriba de un escenario hasta, mínimo después de septiembre, Rubén Bravi, abogado de Jiménez, ya inició conversaciones individuales con los empleados del cantante para desvincularlos.
Según trascendió, el representante legal de la máxima figura del cuarteto a nivel nacional se reunirá en el transcurso de esta semana con estas 45 personas para arreglar sus respectivas desvinculaciones, y según espera, sea de común acuerdo.
Respecto a los motivos que llevaron al famoso cantante cordobés a tomar esta decisión, su propio letrado le confió a El Doce que se debe a inconvenientes económicos que enfrentan ante este parate inusitado y sin perspectiva clara a la vista.
La noticia de que, tarde o temprano, el Mandamás se quedará sin músicos, comenzó a tejerse la hipótesis del retiro de los escenarios del cantante, que el 11 de enero último cumplió 69 años, aunque esto fue rotundamente desmentido por Bravi ante el mismo medio.
Ahora bien, ¿qué ocurrirá con Jiménez una vez que regrese la actividad? La salida de sus 45 empleados supone que la Mona pierda a su equipo, lo que abre la duda acerca de cómo será el futuro del cuartetero una vez tengan permitidos los locales bailables reabrir, que según autoridades, será lo último en ponerse en marcha nuevamente.
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