A los 23 años, Mateo García se convirtió en refuerzo de Racing de Avellaneda.
Se trata del juvenil surgido de las divisiones inferiores de Instituto, donde debutó profesionalmente con 17 años y jugó durante dos temporadas hasta que fichó por Las Palmas, que lo cedió tres veces a préstamo.
Según trascendió, la institución albiceleste elevó una tentadora propuesta a las autoridades del club español para quedarse con la totalidad de su pase: pagará 2.500.000 dólares, 300 mil menos de los que habían pedido en un principio desde el Viejo Continente.
De esta manera, García se convierte en el primer refuerzo en medio de la pandemia del equipo dirigido por Sebastián Becaccece, que desde hace tiempo estaba interesado en la búsqueda de un extremo.
Y si bien el nombre que sonaba con más fuerza para suplir el pedido del entrenador era el de Benjamín Garré, que ahora seguirá en Europa, para la llegada del ex Instituto fue clave una curiosa conexión del manager de la Academia, Diego Milito, con el entrenador de Estrella Roja de Serbia, último equipo en el que jugó el juvenil.
De quien se habla es nada más ni nada menos que Dejan Stankovic, ex compañero de Milito en el Inter de Italia, quien le recomendó al extremo para hacerse de sus servicios. En dicho club, el atacante cordobés disputó 13 partidos, marcó tres goles y hace meses gritó campeón de la Supercopa de aquel país junto a sus ex compañeros.
Así juega Mateo García, el refuerzo de Racing en plena pandemia:
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