Así lo solicitó la fiscal Verónica Zamboni al cumplirse un mes del brutal asesinato del joven de 18 años a la salida de un boliche en Villa Gesell. Este martes habrá una movilización frente al Congreso pidiendo justicia.
Este martes se cumplirá exactamente un mes de la noche más trágica en lo que va del 2020. Durante la madrugada del sábado 18 de enero, luego de un cruce de miradas puertas adentro del boliche Le Brique, en Villa Gesell, a metros del local bailable, el joven Fernando Báez Sosa comenzó a sufrir una serie de golpes por parte de una patota de diez rugbiers con los que justamente había intercambiado miradas puertas adentro del lugar.
Minutos antes, Báez y sus amigos habían sido retirados de la discoteca, al igual que varios de los deportistas, según el protocolo nocturno de seguridad. Tras el incidente, Fernando se cruzó de vereda para tomar un helado junto a sus acompañantes y de repente sufrió un golpe por atrás que lo derribó. A partir de allí, fue víctima de una brutal golpiza que le terminó causando la muerte como consecuencia de un grave traumatismo cráneo producto de las lesiones sufridas. Durante la paliza a la que fue brutalmente sometido, Báez, de 18 años, sufrió golpes de puño en el cuerpo y patadas, siendo una de estas en la cabeza la que le causó la muerte.
Luego de golpearlo hasta matarlo, los rugbiers, todos oriundos de la localidad bonaerense de Zárate, partieron del lugar con destino al chalé que habitaban a 300 metros de la escena del crimen. Mientras, Fernando agonizaba a metros de la puerta de Le Brique en el mismo instante en que una joven turista de 17 años que por allí pasaba intentó reanimarlo con RCP pero no pudo. Casi media hora después llegó la ambulancia al lugar, pero ya era tarde: la vida de Fernando Báez Sosa, hijo único de un matrimonio de paraguayos radicado en la Argentina, se había apagado.
Los rugbiers fueron detenidos luego de una serie de allanamientos por parte de efectivos policiales de la ciudad costera, que identificaron a los autores del crimen de Fernando gracias a una serie de imágenes registradas por locales cercanos a Le Brique.
Inmediatamente el caso tomó notoriedad pública y la identidad de los asesinos de Báez fue dada a conocer: Ayrton Viollaz, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Enzo Comelli, Juan Pedro Guarino, Alejo Milanesi, Luciano y Lucas Pertossi, Máximo Thomsen y Ciro Pertossi, todos jóvenes de entre 18 y 21 años pertenecientes a acomodadas familias de la localidad de Zárate y jugadores de Rugby en distintos clubes de la provincia: algunos practicaban en el Club Náutico Arsenal y otros, en el CASI de San Isidro.
Los diez deportistas fueron alojados inmediatamente en una celda puertas adentro de la secretaría de Seguridad de Villa Gesell, donde permanecieron por una decena de días. Durante ese lapso, Thomsen y Ciro Pertossi fueron señalados por la fiscal Zamboni como coautores del crimen, mientras que el resto de los rugbiers, en carácter de partícipes necesarios. ¿Qué quiere decir esto? Todos estuvieron presentes en la golpiza que mataron a Fernando pero algunos propinaron los golpes mortales y otros participaron evitando que los amigos de Báez defiendan a la víctima o simplemente arengando para continuar con la lluvia de golpes.
Sin embargo, el caso dio un sorpresivo vuelco en cuestión de días cuando apareció en escena la posibilidad de la existencia de un onceavo involucrado en el homicidio: los rugbiers mencionaron a Pablo Ventura, un joven de 21 años también oriundo de Zárate pero que a diferencia de los diez detenidos, no practicaba Rugby sino Remo.
A partir de ese testimonio, la fiscal Zamboni comenzó con la búsqueda de pruebas que situaran a Ventura en la golpiza. A ello se le sumaba que los rugbiers habían manifestado que esa noche, el remero no había cenado con ellos (fotos de la última cena de los jóvenes previo al crimen habían sido viralizadas), sino que había viajado desde Zárate hasta Villa Gesell en el auto propiedad de su padre, golpeó a Fernando y luego regresó a su ciudad a bordo de mismo coche.
A raíz de esto, Ventura fue detenido por su presunta presencia en la golpiza que mató a Fernando. Ante esta situación, la estrategia de la defensa a cargo del abogado Hugo Tomei (cercano al intendente zaratense Osvaldo Caffaro) intentó desviar el foco de la investigación hacia Ventura. Sin embargo, Zamboni no logró encontrar pruebas y por ende, ordenó liberar al joven de 21 años.
Con el remero en libertad, la situación de los rugbiers. Algunos de ellos dejaron de estar alojados en Gesell para pasar a Pinamar, y luego comenzar con las ruedas de reconocimiento con amigos de la víctima y testigos de la fatídica noche de enero en que Fernando fue asesinado. Thomsen y Ciro Pertossi fueron reconocidos como autores de golpes contra Báez, mientras que el resto, como haber estado esa madrugada allí pero no necesariamente como autores de la golpiza.
¿Cómo se encuentra la causa hoy a un mes de la muerte de Fernando? Hace una semana, la fiscal Zamboni elevó al juez David Mancinelli un pedido de excarcelación de dos rugbiers: Guarino y Milanesi, a quienes la magistrada no logró ubicar en la escena del crimen, y por ende ordenó liberar.
El pedido le fue aceptado y en cuestión de horas, los dos rugbiers abandonaron la pequeña celda que ocupaban en la Unidad Penal 6 de Dolores para regresar a sus hogares, enclavados en coquetos countries de Zárate. Pese a su excarcelación, Guarino y Milanesi continuarán bajo investigación, aunque quedaron eximidos de la prisión preventiva que sí alcanzó a los otro ocho deportistas el pasado lunes.
La situación de los deportistas puertas adentro del penal que supo alojar a famosos como el ex representante de futbolistas Guillermo Coppola, el ladrón de guante blanco el Gordo Valor o uno de los cerebros del robo al Banco Río de Acassuso Mario Vitette, es la misma que afecta al resto de los reclusos, aunque con algunas diferencias: los rugbiers se encuentran alojados a distancia de los demás internos para así preservar su integridad física y no tienen la posibilidad de salir al patio del penal a ninguna hora del día. El resto, todo igual.
Los rugbiers apenas salen de su celda para bañarse (cerca de las 6 de la mañana), desayunan lo mismo que el resto de la población carcelaria y pasan largas horas encerrados leyendo novelas o revistas o también escuchando música a través de una radio. Ninguno tiene acceso a su celular personal (están siendo peritados), ni tampoco a privilegios, como aire acondicionado. "No son presos VIP", aseguran desde Dolores.
Reciben visitas de sus familiares en horas de la tarde del jueves, y también la de su abogado defensor Tomei, que suele visitar a sus clientes con frecuencia. La comida de los rugbiers no cambia respecto a la del resto de los presos y se les sirve en el horario que dispone en el servicio penitenciario.
Hoy martes, la fiscal Zamboni pedirá a la fiscalía ampliar la imputación como coautores del crimen de Fernando a los otros seis rugbiers, y que dicha figura no solo alcance a Thomsen (hijo de una reconocida funcionaria pública de Zárate, que debió renunciar a su cargo) y a uno de los Pertossi, sino a todos los detenidos. ¿Qué quiere decir esto?
Que la carátula que ahora les caerá a los rugbiers es la de "homicidio doblemente agravado por su comisión de alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas", cuya única pena es la prisión perpetua. Además, la prisión preventiva hace referencia a que los detenidos esperarán el inicio del juicio oral (aún no tiene fecha de inicio definida) en su contra tras las rejas.
Fabián Améndola, letrado integrante del buffet de abogados de Fernando Burlando, había solicitado que se les incluya el agravante de alevosía. Algo está claro: tanto la fiscal como el juez y la querella están convencidos de que entre los rugbiers se orquestó un plan para matar a Fernando con "el fin de darle muerte y cumplir lo pactado". Así también, solicitó que la fiscalía ordene el regreso a la cárcel de Guarino y Milanesi, que aún no se expresaron públicamente desde su liberación pero continúan bajo investigación policial.
Hoy martes 18 de febrero, y con motivo de cumplirse un año del brutal crimen de Báez Sosa, habrá una movilización hacia el Congreso pidiendo justicia por la muerte del joven, y de la que participarán sus padres, novia, amigos de la víctima y todo tipo de manifestantes clamando imperiosamente justicia por el asesinato de Báez.
Este martes se cumplirá exactamente un mes de la noche más trágica en lo que va del 2020. Durante la madrugada del sábado 18 de enero, luego de un cruce de miradas puertas adentro del boliche Le Brique, en Villa Gesell, a metros del local bailable, el joven Fernando Báez Sosa comenzó a sufrir una serie de golpes por parte de una patota de diez rugbiers con los que justamente había intercambiado miradas puertas adentro del lugar.
Minutos antes, Báez y sus amigos habían sido retirados de la discoteca, al igual que varios de los deportistas, según el protocolo nocturno de seguridad. Tras el incidente, Fernando se cruzó de vereda para tomar un helado junto a sus acompañantes y de repente sufrió un golpe por atrás que lo derribó. A partir de allí, fue víctima de una brutal golpiza que le terminó causando la muerte como consecuencia de un grave traumatismo cráneo producto de las lesiones sufridas. Durante la paliza a la que fue brutalmente sometido, Báez, de 18 años, sufrió golpes de puño en el cuerpo y patadas, siendo una de estas en la cabeza la que le causó la muerte.
Luego de golpearlo hasta matarlo, los rugbiers, todos oriundos de la localidad bonaerense de Zárate, partieron del lugar con destino al chalé que habitaban a 300 metros de la escena del crimen. Mientras, Fernando agonizaba a metros de la puerta de Le Brique en el mismo instante en que una joven turista de 17 años que por allí pasaba intentó reanimarlo con RCP pero no pudo. Casi media hora después llegó la ambulancia al lugar, pero ya era tarde: la vida de Fernando Báez Sosa, hijo único de un matrimonio de paraguayos radicado en la Argentina, se había apagado.
Los rugbiers fueron detenidos luego de una serie de allanamientos por parte de efectivos policiales de la ciudad costera, que identificaron a los autores del crimen de Fernando gracias a una serie de imágenes registradas por locales cercanos a Le Brique.
Inmediatamente el caso tomó notoriedad pública y la identidad de los asesinos de Báez fue dada a conocer: Ayrton Viollaz, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Enzo Comelli, Juan Pedro Guarino, Alejo Milanesi, Luciano y Lucas Pertossi, Máximo Thomsen y Ciro Pertossi, todos jóvenes de entre 18 y 21 años pertenecientes a acomodadas familias de la localidad de Zárate y jugadores de Rugby en distintos clubes de la provincia: algunos practicaban en el Club Náutico Arsenal y otros, en el CASI de San Isidro.
Los diez deportistas fueron alojados inmediatamente en una celda puertas adentro de la secretaría de Seguridad de Villa Gesell, donde permanecieron por una decena de días. Durante ese lapso, Thomsen y Ciro Pertossi fueron señalados por la fiscal Zamboni como coautores del crimen, mientras que el resto de los rugbiers, en carácter de partícipes necesarios. ¿Qué quiere decir esto? Todos estuvieron presentes en la golpiza que mataron a Fernando pero algunos propinaron los golpes mortales y otros participaron evitando que los amigos de Báez defiendan a la víctima o simplemente arengando para continuar con la lluvia de golpes.
Sin embargo, el caso dio un sorpresivo vuelco en cuestión de días cuando apareció en escena la posibilidad de la existencia de un onceavo involucrado en el homicidio: los rugbiers mencionaron a Pablo Ventura, un joven de 21 años también oriundo de Zárate pero que a diferencia de los diez detenidos, no practicaba Rugby sino Remo.
A partir de ese testimonio, la fiscal Zamboni comenzó con la búsqueda de pruebas que situaran a Ventura en la golpiza. A ello se le sumaba que los rugbiers habían manifestado que esa noche, el remero no había cenado con ellos (fotos de la última cena de los jóvenes previo al crimen habían sido viralizadas), sino que había viajado desde Zárate hasta Villa Gesell en el auto propiedad de su padre, golpeó a Fernando y luego regresó a su ciudad a bordo de mismo coche.
A raíz de esto, Ventura fue detenido por su presunta presencia en la golpiza que mató a Fernando. Ante esta situación, la estrategia de la defensa a cargo del abogado Hugo Tomei (cercano al intendente zaratense Osvaldo Caffaro) intentó desviar el foco de la investigación hacia Ventura. Sin embargo, Zamboni no logró encontrar pruebas y por ende, ordenó liberar al joven de 21 años.
Con el remero en libertad, la situación de los rugbiers. Algunos de ellos dejaron de estar alojados en Gesell para pasar a Pinamar, y luego comenzar con las ruedas de reconocimiento con amigos de la víctima y testigos de la fatídica noche de enero en que Fernando fue asesinado. Thomsen y Ciro Pertossi fueron reconocidos como autores de golpes contra Báez, mientras que el resto, como haber estado esa madrugada allí pero no necesariamente como autores de la golpiza.
¿Cómo se encuentra la causa hoy a un mes de la muerte de Fernando? Hace una semana, la fiscal Zamboni elevó al juez David Mancinelli un pedido de excarcelación de dos rugbiers: Guarino y Milanesi, a quienes la magistrada no logró ubicar en la escena del crimen, y por ende ordenó liberar.
El pedido le fue aceptado y en cuestión de horas, los dos rugbiers abandonaron la pequeña celda que ocupaban en la Unidad Penal 6 de Dolores para regresar a sus hogares, enclavados en coquetos countries de Zárate. Pese a su excarcelación, Guarino y Milanesi continuarán bajo investigación, aunque quedaron eximidos de la prisión preventiva que sí alcanzó a los otro ocho deportistas el pasado lunes.
La situación de los deportistas puertas adentro del penal que supo alojar a famosos como el ex representante de futbolistas Guillermo Coppola, el ladrón de guante blanco el Gordo Valor o uno de los cerebros del robo al Banco Río de Acassuso Mario Vitette, es la misma que afecta al resto de los reclusos, aunque con algunas diferencias: los rugbiers se encuentran alojados a distancia de los demás internos para así preservar su integridad física y no tienen la posibilidad de salir al patio del penal a ninguna hora del día. El resto, todo igual.
Los rugbiers apenas salen de su celda para bañarse (cerca de las 6 de la mañana), desayunan lo mismo que el resto de la población carcelaria y pasan largas horas encerrados leyendo novelas o revistas o también escuchando música a través de una radio. Ninguno tiene acceso a su celular personal (están siendo peritados), ni tampoco a privilegios, como aire acondicionado. "No son presos VIP", aseguran desde Dolores.
Reciben visitas de sus familiares en horas de la tarde del jueves, y también la de su abogado defensor Tomei, que suele visitar a sus clientes con frecuencia. La comida de los rugbiers no cambia respecto a la del resto de los presos y se les sirve en el horario que dispone en el servicio penitenciario.
Hoy martes, la fiscal Zamboni pedirá a la fiscalía ampliar la imputación como coautores del crimen de Fernando a los otros seis rugbiers, y que dicha figura no solo alcance a Thomsen (hijo de una reconocida funcionaria pública de Zárate, que debió renunciar a su cargo) y a uno de los Pertossi, sino a todos los detenidos. ¿Qué quiere decir esto?
Que la carátula que ahora les caerá a los rugbiers es la de "homicidio doblemente agravado por su comisión de alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas", cuya única pena es la prisión perpetua. Además, la prisión preventiva hace referencia a que los detenidos esperarán el inicio del juicio oral (aún no tiene fecha de inicio definida) en su contra tras las rejas.
Fabián Améndola, letrado integrante del buffet de abogados de Fernando Burlando, había solicitado que se les incluya el agravante de alevosía. Algo está claro: tanto la fiscal como el juez y la querella están convencidos de que entre los rugbiers se orquestó un plan para matar a Fernando con "el fin de darle muerte y cumplir lo pactado". Así también, solicitó que la fiscalía ordene el regreso a la cárcel de Guarino y Milanesi, que aún no se expresaron públicamente desde su liberación pero continúan bajo investigación policial.
Hoy martes 18 de febrero, y con motivo de cumplirse un año del brutal crimen de Báez Sosa, habrá una movilización hacia el Congreso pidiendo justicia por la muerte del joven, y de la que participarán sus padres, novia, amigos de la víctima y todo tipo de manifestantes clamando imperiosamente justicia por el asesinato de Báez.
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