El presidente xeneize confirmó que desde el club no prepararán ningún recibimiento especial para el ex jugador de la institución, hoy DT del comprometido Gimnasia y Esgrima de La Plata.
Maradona es marcado de cerca por Leo Astrada. Atrás, a lo lejos, observa Martín Palermo. Aquella tarde frente a River, Diego jugó su último partido como profesional.
Al igual que Rosario Central, cuya dirigencia confirmó que la institución no preparará ningún recibimiento especial a Diego Maradona cuando pise el Gigante de Arroyito como DT de Gimnasia de La Plata (sábado 15 a las 19.40), este miércoles el presidente de Boca Juniors, Jorge Amor Ameal avisó que desde Brandsen 850 tampoco habrá agasajo para el ex capitán de la selección Argentina.
El actual mandatario xeneize justificó la decisión: "Maradona es el técnico de Gimnasia que vendrá a tratar de ganarle a nuestro equipo y no a nuestra fiesta. Hay cosas que pensamos y sentimos de distintas maneras. Hay que acordarse del mejor Diego, el que jugaba, ese que nos llenó de orgullo a todos".
La noticia tiene lugar días después de que desde Arroyito avisen que no habrá agasajo para Maradona. Y si bien la decisión de Central de no recibir con bombos y platillos al DT tripero tiene que ver en gran parte con la identificación de Diego con Newell's (jugó allí 5 partidos en 1993), no ocurre lo mismo que puertas adentro del club xeneize.
Seguramente la decisión que tomó el presidente Ameal levantará polvareda a partir de que el Pelusa, además de ser confeso hincha del club, tuvo en Boca dos períodos como futbolista (1981-1982 y 1995-1997), años en los que ganó un título: el Metropolitano 1981. Como si esto fuera poco, los colores auriazules fueron los últimos que vistió Maradona durante su carrera: con la camiseta de Boca jugó su último partido, el 25 de octubre de 1997 ante River en el Monumental.
Y aunque lejos está el Diego de ser considerado un ídolo xeneize a la altura de Juan Román Riquelme (actual vicepresidente segundo) o Martín Palermo, muchos hinchas guardan un grato recuerdo de Maradona vestido de azul y oro. Claro está que haber optado por no recibir "a lo grande" al nacido en Villa Fiorito se debe a cuestiones políticas: en la antesala de las elecciones de diciembre, Maradona hizo campaña por Christian Giraudo, delfín del ex pope Daniel Angelici, pero también con duras críticas hacia Riquelme, hoy máximo responsable en la la toma de decisiones que respectan al fútbol.
Cuando el entorno del ex enganche fue consultado acerca de cómo Diego había recibido la noticia de que Central no lo agasajaría como sí hicieron Talleres, Huracán o la propia institución leprosa, dejaron entrever que el DT no se molestó y que está abocado a salvar a Lobo del descenso a la Primera Nacional (marcha último en la tabla del descenso).
El duelo entre el Canalla y el Tripero en Rosario será crucial por los promedios, ya que cualquier resultado adverso para el visitante lo dejaría al borde del descenso a 4 fechas del cierre del torneo. Algo similar ocurrirá el 8 de marzo cuando Boca reciba a Gimnasia por la última fecha. Para ese entonces, de darse una serie de resultados previos, el Xeneize llegaría con chances de ser campeón.
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