El Xeneize derrotó 2-1 a Talleres en el Kempes y sigue prendido en el pelotón de los de arriba. El equipo de Russo no brilló, pero golpeó en los momentos justos, hizo valer la jerarquía individual y quedó a tres del único puntero.
En un atractivo duelo que tuvo lugar ante una multitud en el Mario Alberto Kempes, Boca Juniors logró un vital triunfo por 2-1 ante Talleres que le permite seguir soñando con gritar campeón de la Superliga.
El triunfo -el primero ante la T de visitante desde 1991- llegó gracias a los goles de Sebastián Villa y Carlos Tévez. El colombiano, una de las figuras dentro de la cancha, abrió el marcador a los 14 minutos del primer tiempo luego de una interesante jugada que nació a partir de la mala ejecución de un córner por parte del local.
Pelota en mano, el arquero Marcos Díaz ubicó a Eduardo Salvio en el mediocampo, el ex Benfica se encargó de la conducción del balón hasta el área rival y tras un magistral pase entre líneas, la pelota quedó en los pies del cafetero, que se acomodó y de derecha, definió por debajo ante el arquero Guido Herrera. Asi, los dirigidos por Miguel Ángel Russo se ponían merecidamente arriba en el marcador.
A partir de allí, Boca fue amo y señor de lo que restó de la primera etapa. Esto en parte al flojo rendimiento de los mediocampistas del Matador, a quienes les costó horrores ejercer presión en el mediocampo y allanaron el camino para que el visitante haga valer la jerarquía tanto individual como colectiva y justifique la victoria parcial.
En el complemento, el Xeneize no aminoró su marcha y continuó sacando ventaja ante un rival que no lograba gravitar en ataque ni mucho menos en la generación ofensiva. Y nuevamente ante una atenta salida del arquero Díaz, Boca volvió a vencer la valla de Herrera. Villa se impuso bien de arriba, controló con clase un balón aéreo para entregárselo en bandeja a Carlos Tévez, que no dudo en definir a colocar al primer palo del guardameta albiazul.
Boca ahora ganaba por dos goles de diferencia y parecía estar más cerca del tercero que Talleres de un descuento que a esa altura del encuentro parecía utópico. Sin embargo, ingresado el flamante refuerzo brasileño Guillherme Parede y Martín Payero, el local supo cómo lastimar a su rival. Logró hacerlo a través de jugadas de pelota parada como la que el propio Payero envió al área chica y tras un rebote, quedó en la cabeza de Diego Valoyes, que definió ante el ex Huracán y puso las cosas 1-2. Resultado mentiroso para el desarrollo del partido pero que encendió la ilusión del empate para las 40 mil almas albiazules que ocuparon las tribunas del ex Chateau Carreras.
Faltaban 10 minutos más lo adicionado por Fernando Rapallini cuando a partir del gol local, el DT Russo dio marcha atrás con el ingreso desde el banco de Emanuel Reynoso y en su lugar hizo debutar al juvenil Gastón Ávila, un marcador central surgido de las Divisiones Inferiores que ingresó en el momento de mayor exaltación del partido y redondeó una buena actuación. En otras palabras, la intensidad del partido no le jugó una mala pasada y supo cómo convivir con ello durante su estadía en el verde césped.
El empate de los dirigidos por Alexander Medina finalmente no llegó, pese a que los embates en el área visitante eran cada vez más frecuentes, aunque con más corazón que juego.
Y así, Talleres, que se acordó tarde de jugar el partido pero que también extrañó a su mejor Dayro Moreno -tuvo una noche apática de domingo- y a su jugador estrella Nahuel Bustos -se encuentra jugando el Preolímpico Sub 23- terminó viendo nuevamente la derrota en este 2020 ante un rival que festejó a lo grande y reconfirmó que dará pelea hasta el final en un cierre de torneo para el infarto, con River como único puntero con 36 puntos, pero con un único escolta, ahora Boca, que trepó a 33 unidades y sacó chapa de candidato a arrebatarle el título al Millonario.
En un atractivo duelo que tuvo lugar ante una multitud en el Mario Alberto Kempes, Boca Juniors logró un vital triunfo por 2-1 ante Talleres que le permite seguir soñando con gritar campeón de la Superliga.
El triunfo -el primero ante la T de visitante desde 1991- llegó gracias a los goles de Sebastián Villa y Carlos Tévez. El colombiano, una de las figuras dentro de la cancha, abrió el marcador a los 14 minutos del primer tiempo luego de una interesante jugada que nació a partir de la mala ejecución de un córner por parte del local.
Pelota en mano, el arquero Marcos Díaz ubicó a Eduardo Salvio en el mediocampo, el ex Benfica se encargó de la conducción del balón hasta el área rival y tras un magistral pase entre líneas, la pelota quedó en los pies del cafetero, que se acomodó y de derecha, definió por debajo ante el arquero Guido Herrera. Asi, los dirigidos por Miguel Ángel Russo se ponían merecidamente arriba en el marcador.
A partir de allí, Boca fue amo y señor de lo que restó de la primera etapa. Esto en parte al flojo rendimiento de los mediocampistas del Matador, a quienes les costó horrores ejercer presión en el mediocampo y allanaron el camino para que el visitante haga valer la jerarquía tanto individual como colectiva y justifique la victoria parcial.
En el complemento, el Xeneize no aminoró su marcha y continuó sacando ventaja ante un rival que no lograba gravitar en ataque ni mucho menos en la generación ofensiva. Y nuevamente ante una atenta salida del arquero Díaz, Boca volvió a vencer la valla de Herrera. Villa se impuso bien de arriba, controló con clase un balón aéreo para entregárselo en bandeja a Carlos Tévez, que no dudo en definir a colocar al primer palo del guardameta albiazul.
Boca ahora ganaba por dos goles de diferencia y parecía estar más cerca del tercero que Talleres de un descuento que a esa altura del encuentro parecía utópico. Sin embargo, ingresado el flamante refuerzo brasileño Guillherme Parede y Martín Payero, el local supo cómo lastimar a su rival. Logró hacerlo a través de jugadas de pelota parada como la que el propio Payero envió al área chica y tras un rebote, quedó en la cabeza de Diego Valoyes, que definió ante el ex Huracán y puso las cosas 1-2. Resultado mentiroso para el desarrollo del partido pero que encendió la ilusión del empate para las 40 mil almas albiazules que ocuparon las tribunas del ex Chateau Carreras.
Faltaban 10 minutos más lo adicionado por Fernando Rapallini cuando a partir del gol local, el DT Russo dio marcha atrás con el ingreso desde el banco de Emanuel Reynoso y en su lugar hizo debutar al juvenil Gastón Ávila, un marcador central surgido de las Divisiones Inferiores que ingresó en el momento de mayor exaltación del partido y redondeó una buena actuación. En otras palabras, la intensidad del partido no le jugó una mala pasada y supo cómo convivir con ello durante su estadía en el verde césped.
El empate de los dirigidos por Alexander Medina finalmente no llegó, pese a que los embates en el área visitante eran cada vez más frecuentes, aunque con más corazón que juego.
Y así, Talleres, que se acordó tarde de jugar el partido pero que también extrañó a su mejor Dayro Moreno -tuvo una noche apática de domingo- y a su jugador estrella Nahuel Bustos -se encuentra jugando el Preolímpico Sub 23- terminó viendo nuevamente la derrota en este 2020 ante un rival que festejó a lo grande y reconfirmó que dará pelea hasta el final en un cierre de torneo para el infarto, con River como único puntero con 36 puntos, pero con un único escolta, ahora Boca, que trepó a 33 unidades y sacó chapa de candidato a arrebatarle el título al Millonario.
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