El 14 de agosto de 2004, la Argentina posó sus ojos sobre la pileta del Centro Acuático Olímpico de Atenas, Grecia, donde Georgina Bardach, la cordobesa de 20 años, haría historia.
Con el antecedente de la medalla de bronce en el Mundial de Moscú 2002 y el oro en los Panamericanos de Santo Domingo 2003, Bardach, que había empezado nadar a los 7 años en el Club Comunicaciones de su Córdoba natal, ese día de agosto de 2004, sorprendió al mundo.
La cosa había arrancado bien para la argentina, que resultó primera en la manga 2 de los 400 metros combinados (cuatro estilos), con una marca de 4 minutos, 41 segundos, 20 centésimas, marca que le permitió ubicarse tercera en la clasificación y competir por una medalla en la final.
La máxima favorita era, claramente, la campeona olímpica vigente, la ucraniana Yana Klochkova, dueña del primer lugar entre todas las competidoras de la fase previa con 4 minutos, 38 segundos, 36 segundos.
Para la prueba combinada de 400 metros, Georgina se tenía fe, pero sabía que tenía duras rivales enfrente y que además debía enfrentarse también a una modalidad en que no había logrado grandes desempeños, como es el caso de espalda, que integra el estilo combinado.
Bardach arrancó en el 6° lugar (mariposa), su situación empeoró en el estilo espalda, lo que no le permitió escalar puestos. Pero promediando los 2 minutos 30 segundos (ya en pecho) recuperó puestos y se puso 4ª. En el arranque de los últimos 100 metros (estilo libre), sacó adelante esa experimentada juventud que la convirtió en medallista mundial con apenas 18 años y de ahí en más, se encaminó a una disputa palmo a palmo con la norteamericana Kaitlin Sandeno y la húngara Eva Risztov.
A base de tesón y esfuerzo, la cordobesa tocó la pared a los 4:37:51 de iniciada la carrera y los ojos se le empezaron a llenar de lágrimas. No era para menos: la medalla de bronce ya era suya. A cuatro días de cumplir 21 años de edad, la cordobesa celebraba a lo grande tras convertirse en medallista olímpica por primera vez en su exitosa carrera. Pero además de semejante logro personal, claro estaba, lo era para toda una Argentina también.
Por primera vez en la historia hasta ese momento, el país obtenía una medalla en el primer día de competición (ese 14 de agosto), y además, Bardach le daba a Argentina la tercera medalla olímpica de su historia en Natación: Alberto Zorrilla, la dorada en Ámsterdam 1928 y de plata, Jeanette Campbell en Berlín 1936, los únicos antecedentes.
A sus jóvenes pero experimentados 21 años, Georgina Bardach tocaba el cielo con las manos. A la medalla de bronce en Atenas le siguió el éxito profesional, las tapas de diarios de todo el mundo con su imagen con la presea colgada de su cuello y aún más posibilidades de seguir compitiendo en las “ligas mayores”.
En febrero de 2005, medio año después de haberse consagrado medallista olímpica, cumplió otra meta. Pero esta vez, lejos de una pileta. Cuando cursaba quinto año de la escuela secundaria en el Colegio San Buenaventura de su Córdoba natal, debió abandonar la cursada presencial con motivo de las largas horas que le demandaban los entrenamientos. Pero a aquella joven e idealista, que también le había dado una medalla olímpica a la Argentina, le faltaba poner punto final a una cuenta pendiente: aprobar la última materia del secundario que adeudaba. Era Geografía, que en el famoso "coloquio" de diciembre la rindió mal. Pero ella no se rindió y en la mesa de febrero volvió al cole de toda su vida y se marchó a su casa título bachiller en mano. Una hora después de terminar el secundario, estaba subida a un avión rumbo a Brasil para seguir compitiendo.
En los Juegos Suramericanos de Buenos Aires 2006, Bardach se abrochó 5 medallas de oro, una de plata y otra de bronce, lo que le dio aún más prestigio. Pero el tiempo pasó, la euforia por el bronce olímpico empezaba a quedar atrás y la cordobesa no le era ajena a los tiempos que corrían.
En 2008 participó de su tercera cita olímpica, en Beijing, pero los resultados fueron olvidables, resultando última en la serie de 200 metros combinados, lo que la llevó a tomar la decisión de no presentarse a los 200 metros mariposa.
Pese a la sagacidad de sus dichos, la cordobesa negó que fuese a retirarse de la natación y que además, quisiera prepararse para llegar de la mejor manera a Londres, la próxima cita olímpica, cuatro años más tarde.
Por los siguientes cuatro años, Georgina Bardach analizó la posibilidad de lanzarse a la pileta por última vez. Sin embargo, estaba mentalizada en que no podía bajarse de Londres 2012 y por ende, intentar dar lo mejor de sí.
Previo a la cita en suelo británico, se había abrochado la última medalla de su carrera: en el Campeonato Suramericano de Natación, que tuvo lugar en la ciudad brasileña de Belem, donde se quedó con la presea plateada en los 200 metros combinados. Detrás, su hermana Virginia -9 años menor- también logró hacerse un lugar en el podio.
En septiembre, al regreso de unas vacaciones post JJOO, Bardach anunció su retiro definitivo de la natación. “Me retiro en diciembre”, posteó la cordobesa en su cuenta de Twitter. A los 29 años, quizá la mejor nadadora argentina de todos los tiempos anunciaba el fin de su carrera profesional.
Muchos aseguran que lo que la llevó a tomar la decisión fue el fiasco que significó su estadía en Londres. Es que a Gran Bretaña, la cordobesa llegó sin grandes pretensiones. Simplemente lo hizo para sentir por última vez esa adrenalina de los segundos previos a lanzarse a una pileta.
Una multitud acompañó a Bardach en su retiro de la natación.
Lo último de Bardach en una pileta fue su participación en el Córdoba Solidaria, el 1° de diciembre de 2012 en la piscina del ya remodelado Mario Alberto Kempes. Curiosamente, esa piscina lleva, desde el 13 de diciembre de 2014, su nombre.
Hoy la medallista olímpica en Atenas ’04 tiene 36 años y goza de un presente tan intenso como aquellos en los que competía. Y si bien en alguna que otra publicación en su cuenta de Instagram -red social en la que tiene más de 12 mil seguidores- hizo público que extraña la adrenalina próxima a competir, pasa largas horas de su día en actividad.
¿Qué hace Bardach hoy? Desde hace 8 años ocupa el cargo de vocal de directorio de la Agencia Córdoba Deportes, siendo hasta la fecha la única mujer dentro de la vocalía del organismo dependiente del Gobierno de la Provincia de Córdoba.
Además estudia la Licenciatura en Comunicación Institucional en una reconocida universidad privada de la zona norte de la capital, hace radio junto a Jorge Cuadrado en Radio Suquía -todas las mañanas, de lunes a viernes de 10 a 12.30- y además dirige Amarilla Comunicación, una agencia dedicada al diseño de estrategias y gestión en redes sociales, que abrió junto a sus amigas Vanesa Vera, Delfina Novillo Corvalán y Antonella Mentesana.
Como hobby toca el bajo -llegó a confesar que cambiaría muchas cosas por estar en una banda de funk- y además acompaña a su hermana Virginia "Vicky" Bardach, también nadadora, y quien la hizo emocionar hasta las lágrimas cuando se quedó con la medalla de oro en los 200 metros de mariposa en los Juegos Panamericanos de Lima. El video de la hermana Bardach mayor recorrió el mundo y según contó la propia ex nadadora, fue grabado a pedido de Jorge Cuadrado, el famoso conductor cordobés con quien Georgina trabaja de lunes a viernes.
¿Y la medalla, dónde está? La misma hoy ocupa un lugar de privilegio en el Museo Provincial del Deporte del Mario Alberto Kempes, espacio al cual su ganadora lo obsequió cuando abrió sus puertas, a fines de agosto de 2018.
¡Gigante, Georgina!
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